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Prueba ahora gratisLa retroalimentación constructiva es un elemento clave en una cultura corporativa saludable. Un estudio de Harvard en 2016 encontró que las empresas que utilizan retroalimentación constructiva regular redujeron la rotación de empleados en un 14%. Esta práctica ayuda a los empleados a identificar fortalezas y abordar debilidades, contribuyendo a mejorar el rendimiento, la satisfacción y el compromiso.
La retroalimentación constructiva tiene como objetivo apoyar el crecimiento personal y profesional sugiriendo mejoras accionables. En contraste, la crítica a menudo se centra en los errores sin ofrecer soluciones claras. La retroalimentación que enfatiza la mejora puede reducir la frustración y apoyar el aprendizaje.
La retroalimentación efectiva se basa en varios elementos clave:
La retroalimentación debe ser precisa y detallada. Enfocarse en ejemplos específicos ayuda a los empleados a entender las áreas que requieren cambio, lo que puede mejorar el rendimiento del equipo hasta en un 39% en comparación con comentarios generales.
La retroalimentación debe basarse en observaciones fácticas.
Este enfoque objetivo ayuda a los empleados a ver la retroalimentación como una oportunidad de mejora.
La retroalimentación debe promover el desarrollo continuo. Es importante resaltar tanto las fortalezas como las áreas de mejora, ayudando a los empleados a progresar mientras mantienen su motivación.
Una técnica común implica:
Incorporar datos cuantitativos e instancias específicas proporciona una base medible para la retroalimentación. Esta práctica contextualiza la retroalimentación y apoya la adopción de mejores prácticas.
Enfatizar comportamientos específicos y observables en lugar de atributos personales reduce la defensividad y facilita que los empleados comprendan los ajustes necesarios.
Aceptar la retroalimentación es esencial para la mejora continua. Los empleados deben adoptar una actitud abierta y usar frases como “Yo recibo” y “Yo respondo” para fomentar un diálogo constructivo.
La escucha activa implica prestar plena atención a la retroalimentación proporcionada. Este enfoque fomenta la empatía y asegura que la retroalimentación se entienda con precisión.
Plantear preguntas para aclarar detalles ayuda a prevenir malentendidos. También demuestra compromiso y contribuye a una comprensión mutua más clara.
Reconocer el esfuerzo detrás de la retroalimentación refuerza su valor. Expresar agradecimiento puede fomentar un diálogo continuo y apoyar un ambiente de comunicación positivo.
Evitar dar retroalimentación negativa en entornos grupales, lo que puede crear incomodidad. No proporcionar comentarios vagos; la retroalimentación debe incluir ejemplos específicos para prevenir malinterpretaciones.
Una investigación del Instituto Gallup en 2016 mostró que los equipos que recibieron retroalimentación constructiva regular fueron un 12.5% más productivos. La retroalimentación constructiva mejora la comunicación interna, mejora la retención de empleados y fomenta un entorno que apoya la mejora continua y la innovación.
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