Es responsabilidad de la empresa redactar el contrato de trabajo y establecer su duración antes de ofrecerlo para la firma al empleado. Mientras que un contrato indefinido (CDI) se considera que no tiene fecha de finalización, un contrato de duración determinada (CDD) debe indicar claramente su fecha de terminación. En los casos donde los empleados trabajan 100% de manera remota, a menudo se utiliza un contrato a distancia. Para ahorrar tiempo, las empresas pueden optar por software que permita firmas electrónicas para contratos, ya sea para empleados a tiempo completo, a tiempo parcial, indefinidos o de duración determinada.
Los contratos de duración determinada y temporales deben indicar explícitamente una fecha de finalización dentro del acuerdo laboral. Especificar claramente la duración cumple varios propósitos:
La duración de un contrato de duración determinada está estrictamente limitada por la ley. Los puntos clave incluyen:
Antes de firmar—ya sea para un contrato indefinido o de duración determinada—ambas partes deben aceptar mutuamente sus términos. Ningún término puede ser modificado unilateralmente. Si ambas partes acuerdan cambiar un término, se debe firmar una enmienda. La ley especifica que el incumplimiento de cualquiera de las siguientes cuatro condiciones de validez puede anular el contrato:
Este marco permite a una empresa firmar un contrato de duración determinada que va desde unos pocos días hasta varios meses para situaciones como reemplazar a un empleado ausente o cumplir con una necesidad urgente y excepcional. Es importante señalar que un contrato de servicio o freelance no se considera un contrato de trabajo de duración determinada. Sin embargo, puede ser reclasificado como un contrato de trabajo por la URSSAF si el contratista tiene un solo cliente o si el cliente asume el control gerencial sobre el contratista.