Descubre qué son las contingencias comunes y su impacto

Publicado el
November 21, 2025
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Las contingencias comunes son una pieza fundamental del engranaje de la Seguridad Social, una especie de seguro que te protege cuando tienes un problema de salud o un accidente que no tiene nada que ver con tu trabajo.

Piénsalo así: es la red de seguridad que te cubre si te pones enfermo o sufres una lesión fuera de tu jornada laboral.

Entendiendo las contingencias comunes en tu nómina

Una persona revisando documentos de nómina y planificación en un escritorio

Si gestionas un equipo, tienes una pyme o simplemente quieres entender mejor tu nómina, sobre todo en sectores tan movidos como la hostelería, el retail o la gestión de recursos humanos, saber qué son las contingencias comunes es crucial. No es un simple descuento en tu sueldo; define cómo se gestionan las bajas y cómo se planifican los recursos.

Este concepto se refiere a esa protección que nos da la Seguridad Social ante situaciones de salud que no han sido causadas directamente por nuestra actividad profesional. En la práctica, es una "hucha" a la que tanto la empresa como el trabajador aportáis un poquito cada mes para asegurar prestaciones futuras.

¿Qué cubren exactamente estas contingencias?

El objetivo de estas cotizaciones es bastante claro: garantizar que tengas un colchón económico si lo necesitas. Aportar a esta hucha común te da derecho a recibir ayudas en momentos clave de tu vida.

Las coberturas más importantes que tienes gracias a esto son:

  • Enfermedad común: Desde una simple gripe a una migraña o cualquier otra dolencia que no esté directamente provocada por tu trabajo.
  • Accidente no laboral: ¿Te has caído en casa o te has lesionado jugando al fútbol el fin de semana? Eso es un accidente no laboral.
  • Maternidad y paternidad: Las prestaciones económicas que se reciben durante los permisos correspondientes salen de aquí.
  • Jubilación: Una gran parte de la pensión que recibirás cuando te jubiles se financia con estas aportaciones que haces a lo largo de tu vida laboral.

Entender bien este sistema es vital, porque el coste del absentismo por estas causas es muy significativo. En España, el impacto ha llegado a cifras récord, con una media de 53,3 bajas por cada 1.000 trabajadores, el dato más alto desde 2007.

Este dato pone de manifiesto lo importante que es tener una gestión de personal eficiente para que el negocio no se resienta. El primer paso es saber cómo estas ausencias afectan al salario, por lo que te vendrá genial nuestra guía sobre cómo se hace la nómina para tener una visión 360 grados.

Diferencias entre contingencias comunes y profesionales

Una de las dudas que más se repiten en el día a día de la gestión de personal es saber distinguir una baja común de una profesional. La diferencia, aunque parece pequeña, es crucial y se resume en una sola palabra: el origen.

Entender bien este matiz es clave para cualquier responsable de RR. HH. o dueño de un negocio, sobre todo en sectores tan dinámicos como la hostelería o el retail, donde la planificación de turnos y las bajas son una realidad constante.

Las contingencias comunes son aquellas que nos pasan fuera del trabajo. Imagina al cocinero de tu restaurante que se lesiona jugando al fútbol el domingo, o a la dependienta de tu tienda que pilla una gripe. Su incapacidad no tiene nada que ver con las tareas que hace en su puesto.

En cambio, las contingencias profesionales nacen directamente de la actividad laboral. Si ese mismo cocinero sufre una quemadura grave mientras prepara un servicio o la dependienta desarrolla un problema de espalda por mover cajas pesadas a diario, entonces sí, estamos hablando de una contingencia profesional.

Comparativa clave entre ambas contingencias

Que el origen sea uno u otro lo cambia absolutamente todo: desde quién paga la prestación desde el primer día hasta la cantidad de dinero que recibe el empleado. Para que quede meridianamente claro, aquí tienes las diferencias fundamentales:

  • Origen del suceso: La línea que las separa es si el problema ocurre dentro o fuera del entorno de trabajo. Las comunes son de origen no laboral; las profesionales son una consecuencia directa del trabajo realizado.
  • Pago de la prestación: En una baja por contingencia común, la empresa suele asumir el coste de los primeros días. Por el contrario, en una baja profesional, es la mutua o la entidad gestora quien paga desde el día siguiente al accidente o diagnóstico. Si quieres profundizar en este punto, tenemos una guía que explica en detalle quién paga la baja por accidente laboral.
  • Cuantía de la prestación: Por lo general, el dinero que se cobra por una contingencia profesional es mayor desde el principio. Lo habitual es percibir el 75 % de la base reguladora desde el día siguiente a la baja. En las comunes, el porcentaje es más bajo al inicio (60 % del día 4 al 20) y, además, los tres primeros días no se suele cobrar nada.
  • Periodo de carencia: Para tener derecho a una prestación por contingencia común, la ley exige haber cotizado un tiempo mínimo antes. Sin embargo, para las contingencias profesionales no se pide nada de esto. La protección es total e inmediata desde el primer día que se empieza a trabajar.

Saber identificar correctamente el tipo de contingencia no es un mero trámite administrativo. Afecta directamente a la planificación de turnos, a los costes que asume la empresa y a la protección económica que recibe el trabajador durante su ausencia.

Cómo se calculan las cotizaciones en tu nómina

Desgranar el apartado de las cotizaciones en la nómina puede parecer un jeroglífico, pero en realidad, la lógica es bastante sencilla. Comprender cómo se calculan las contingencias comunes es clave, no solo para el trabajador, sino para cualquier responsable de recursos humanos.

El cálculo parte siempre de un concepto fundamental: la base de cotización por contingencias comunes. Ojo, porque esta cifra no es tu sueldo base y ya está. En ella se agrupan casi todos los ingresos brutos que recibes al mes, desde los complementos salariales hasta la parte proporcional de las pagas extra. Si quieres profundizar, tenemos una guía que explica al detalle qué es el sueldo bruto.

Una vez tenemos esa base de cotización, se le aplica un porcentaje que fija la ley. Actualmente, ese porcentaje total es del 28,30 %. Pero tranquilo, que no te toca pagarlo todo a ti.

El reparto de la aportación

La responsabilidad de este pago se reparte entre la empresa y el trabajador, aunque no a partes iguales. La idea es que el sistema proteja al empleado sin que la carga financiera recaiga por completo sobre él.

  • Aportación de la empresa: La compañía asume el trozo más grande del pastel, cotizando un 23,60 % de tu base de cotización.
  • Aportación del trabajador: De tu salario bruto mensual se descuenta un 4,70 % para cubrir tu parte.

Este sistema solidario garantiza que la "hucha" de la Seguridad Social, de la que saldrán prestaciones como una baja por enfermedad o tu futura jubilación, se mantenga financiada.

El siguiente esquema te ayudará a visualizar de un vistazo cómo se decide si una baja es común o profesional. Es una distinción crucial, porque de ella dependen tanto los cálculos como las prestaciones.

Infográfico que muestra la diferencia entre una baja por contingencia común, originada fuera del trabajo, y una por contingencia profesional, originada en el trabajo.

Como ves, la diferencia es muy clara: si el problema de salud surge fuera del entorno laboral, hablamos de una contingencia común. Si tiene su origen en el trabajo, es profesional, y ahí las reglas del juego cambian.

Un ejemplo práctico en el sector retail

Vamos a ponerle números para que quede todo más claro. Imagina que trabajas en una tienda de ropa y tu nómina mensual se compone de:

  • Salario base: 1.200 €.
  • Plus de nocturnidad: 150 €.
  • Pagas extra prorrateadas: 250 €.

Lo primero es calcular la base de cotización. Simplemente sumamos todos los conceptos: 1.200 + 150 + 250 = 1.600 €. Esta es la cifra sobre la que aplicaremos los porcentajes.

El cálculo final sería:

  • La empresa aportará 377,60 € (el 23,60 % de 1.600 €).
  • A ti te descontarán de la nómina 75,20 € (el 4,70 % de 1.600 €).

En total, ese mes se ingresarán 452,80 € a la Seguridad Social en tu nombre.

Este desglose no solo aporta transparencia, sino que ayuda a entender a dónde va una parte de tu sueldo y cómo, entre todos, financiamos nuestro sistema de protección social.

Quién paga la baja y cuál es el coste real para la empresa

Cuando un empleado de tu equipo necesita una baja por enfermedad común, una de las primeras preguntas que aterrizan en RR. HH. es siempre la misma: ¿quién se hace cargo del pago? Y la respuesta no es tan simple, porque la responsabilidad se va repartiendo en el tiempo entre la empresa y el sistema público.

Entender bien este reparto es crucial para la planificación financiera, sobre todo en sectores como la hostelería o el retail, donde la gestión de personal es muy intensa y cualquier ausencia tiene un efecto dominó en el día a día.

La distribución del pago durante la baja

La normativa establece un esquema progresivo para pagar la prestación por incapacidad temporal. La idea es equilibrar la carga entre el empleador y la Seguridad Social (o la mutua colaboradora).

Así es como se reparte el pastel en cada fase de la baja:

  • Días 1 a 3: Durante los tres primeros días, el trabajador no cobra ninguna prestación. La empresa tampoco está obligada a pagarle el salario, salvo que el convenio colectivo diga lo contrario (algo que conviene revisar siempre).
  • Días 4 a 15: A partir del cuarto día y hasta el decimoquinto, la empresa asume directamente el pago. La cantidad equivale al 60 % de la base reguladora del trabajador.
  • Días 16 a 20: Desde el día 16, la responsabilidad del pago pasa a la mutua o al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS). La cuantía se mantiene en el 60 % de la base reguladora.
  • A partir del día 21: La prestación sube al 75 % de la base reguladora. El pago sigue corriendo a cargo de la mutua o el INSS hasta que finalice la baja.

Un detalle importante: aunque la empresa deja de pagar directamente la prestación a partir del día 16, no se desentiende del todo. Sigue teniendo la obligación de ingresar las cotizaciones sociales del trabajador, un coste indirecto que no podemos olvidar.

Más allá del salario: el impacto real en el negocio

El coste directo de la baja es solo la punta del iceberg. Para una pyme del sector servicios, como un restaurante o una tienda, el verdadero golpe del absentismo está en los costes indirectos, que son mucho más difíciles de medir pero igual de dañinos.

Imagina que un camarero falta en pleno servicio de fin de semana. De repente, tienes que reorganizar turnos a toda prisa, buscar un sustituto de última hora o, lo más habitual, sobrecargar al resto del equipo. Esta situación no solo puede empeorar la calidad del servicio, sino que también dispara el estrés del equipo y, al final del día, hunde la productividad. Para que estos imprevistos no te desborden, herramientas como las que ofrece Shyfter son clave para minimizar el caos.

El absentismo por contingencias comunes tiene un peso económico brutal en España. El coste total ascendió a 28.987 millones de euros en un año reciente, y la previsión es que crezca casi un 10 % hasta superar los 32.000 millones. Puedes profundizar en estas cifras en este análisis del absentismo laboral. Entender la magnitud de estos números ayuda a darse cuenta de por qué gestionar bien las ausencias no es una opción, sino una necesidad.

Cómo gestionar las bajas en hostelería y retail

Un responsable de equipo revisando la planificación de turnos en una tablet dentro de un restaurante.

La teoría sobre las contingencias comunes está clara, pero llevarla al día a día es el verdadero dolor de cabeza para cualquier responsable de equipo o de recursos humanos. En sectores tan movidos como la hostelería o el retail, donde todo funciona por turnos y la gente va y viene, una baja inesperada por enfermedad común puede hacer saltar por los aires toda la planificación de la semana.

El problema no es solo papeleo, es totalmente operativo. Imagina que un camarero te falla en pleno servicio de cenas o que un dependiente no aparece en el pico de las rebajas. El lío es monumental. Afecta directamente a la calidad del servicio, a la paciencia de los clientes y, por supuesto, a la carga de trabajo de los compañeros que sí están al pie del cañón. Gestionar esto se convierte en un ejercicio constante de malabarismo y anticipación.

Retos específicos de la gestión de ausencias

En entornos tan dinámicos, los problemas de una ausencia inesperada se multiplican. No es lo mismo cubrir un puesto de oficina que uno de cara al público en hora punta.

Los principales obstáculos son un clásico:

  • Cobertura inmediata: Encontrar un sustituto que sepa lo que hace con tan poco margen es una misión casi imposible, y si lo encuentras, suele ser caro.
  • Sobrecarga del equipo: Lo más fácil es pedirle al resto que eche una mano, pero eso quema. Genera estrés, agotamiento y, a la larga, un mal ambiente que solo provoca más ausencias.
  • Continuidad del servicio: Es muy difícil mantener el listón de calidad si el personal está hasta arriba o si el sustituto no tiene ni idea de cómo funcionan las cosas.

Para un bar, restaurante o una tienda, cada turno perdido es dinero que no entra y un cliente que probablemente se queje. Ir apagando fuegos sobre la marcha no es una estrategia sostenible.

Estrategias para minimizar el impacto del absentismo

Anticiparse. Esa es la clave. En lugar de correr como pollos sin cabeza cuando alguien falta, los responsables de planificación necesitan un sistema que les permita reaccionar con agilidad y cabeza. Y aquí es donde la tecnología se convierte en tu mejor amigo.

Una planificación inteligente y centralizada te permite ver los huecos al momento y buscar soluciones sin tener que recurrir a hojas de cálculo caóticas o a un grupo de WhatsApp que echa humo. Un planificador de turnos como Shyfter, por ejemplo, no solo automatiza la creación de horarios, sino que hace mucho más fácil comunicar cambios y encontrar reemplazos entre la gente que tienes disponible.

Esta automatización libera a los mánagers para que se centren en lo que de verdad importa: mantener al equipo contento y asegurarse de que el negocio funcione como un reloj. De hecho, una gestión eficiente de las ausencias es la base para un buen ambiente de trabajo. Si te interesa el tema, puedes echar un vistazo a cómo gestionar las ausencias e indisponibilidades de los empleados de forma mucho más sencilla.

Y es que es un hecho que la duración de las bajas por contingencias comunes está subiendo. Los últimos datos sitúan la duración media en 37,1 días, y lo que más preocupa es el aumento de las bajas de larga duración. En total, se acumularon más de 290 millones de días de baja en un año, lo que equivale a tener a casi 950.000 trabajadores fuera de juego durante todo el año.

Preguntas frecuentes sobre contingencias comunes

Para terminar esta guía, vamos a resolver esas dudas del día a día que siempre surgen al hablar de contingencias comunes. Son preguntas que nos llegan constantemente tanto de empleados como de responsables de RR. HH., sobre todo en sectores tan dinámicos como el comercio, la sanidad o la hostelería.

El objetivo es sencillo: despejar cualquier incógnita que te haya quedado y que tengas a mano una referencia rápida para esas situaciones cotidianas.

¿Qué enfermedades se consideran contingencia común?

Aquí la regla es simple: cualquier problema de salud que no esté directamente causado por tu trabajo es una contingencia común. Estamos hablando desde una gripe o un resfriado hasta una lesión que te haces fuera del horario laboral, como esa torcedura de tobillo jugando al pádel el fin de semana.

La clave definitiva es que el origen de la baja sea totalmente ajeno a las tareas que realizas en tu puesto. Si no hay una relación causa-efecto con tu actividad profesional, es una contingencia común.

¿Puedo viajar estando de baja por contingencia común?

La respuesta corta es "depende", y es un depende muy importante. Para poder viajar, el desplazamiento debe ser totalmente compatible con tu tratamiento médico y, por supuesto, no puede perjudicar tu recuperación de ninguna manera.

Es absolutamente obligatorio que pidas una autorización expresa a tu médico de cabecera. Si te da luz verde, no hay problema. Pero cuidado, porque viajar sin este permiso se considera una acción que dificulta tu curación y puede acarrear consecuencias serias: desde la suspensión de la prestación económica hasta un despido disciplinario.

Una duda muy habitual: durante una baja por contingencia común, sigues cotizando a la Seguridad Social. La empresa y la entidad gestora (mutua o INSS) se encargan de seguir haciendo las aportaciones. Este tiempo cuenta a todos los efectos para tu futura jubilación y para el paro.

¿Qué papel tiene la mutua en una baja común?

La mutua es la entidad que colabora con la Seguridad Social para hacer el seguimiento y control de tu incapacidad temporal. Aunque tu médico de familia es quien emite los partes de baja, confirmación y alta, la mutua tiene la potestad de citarte para hacer revisiones y comprobar cómo evoluciona tu salud.

Además, y esto es clave, a partir del día 16 de baja, la mutua pasa a ser la responsable de pagarte directamente la prestación. Por eso es fundamental que acudas a todas sus citaciones; no hacerlo podría poner en riesgo el cobro de la baja.

Aparte de estas dudas, si tienes otras preguntas sobre gestión de personal, puedes consultar nuestra sección de otras Preguntas Frecuentes.


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